viernes, 6 de enero de 2017

1907 - PRIMER VUELO EN DIRIGIBLE - Leonardo Torres Quevedo



El dirigible, Graff Zepplin  visto en España en el año 1928, despertó una gran expectación cuando sus  230m de longitud y sus 60 toneladas de carga,  atravesó el país, varias veces, en sus rutas alrededor del mundo.
Resultado de imagen de leonardo torres quevedoNo era el primero que se veía.  A principios del siglo XX presentó Leonardo TorresQuevedo ante las academias de ciencias de Madrid y de París diversos proyectos de dirigible. Las novedades de sus propuestas se centraban en haber hallado una solución al problema de la suspensión de la barquilla gracias a una estructura que reforzaba el globo por medio de una especie de esqueleto de cables. Así, el globo ganaba en rigidez y en estabilidad, lo que a su vez hacía ganar en seguridad al conjunto de la nave. Hasta ese momento la fragilidad de los globos empleados en dirigibles hacían que los vuelos con estas naves fueran muy peligrosos y que las barquillas constituyeran puntos débiles muy a tener en cuenta.
Resultado de imagen de leonardo torres quevedoDe la asociación de Torres Quevedo con el capitán del ejército español Alfredo Kindelán surgió hacia 1905 el proyecto de construcción del primer dirigible de España en el Servicio de Aerostación Militar de Guadalajara. El mundo dirigió su vista hacia las patentes que sobre dirigibles estaba presentando Torres Quevedo. Fue la compañía francesa Astra la que logró hacerse con los derechos de los ingenios aéreos del español y, así, comenzó la carrera mundial de los dirigibles Astra-Torres que fueron empleados incluso en la Gran Guerra. Sin embargo, el gran proyecto aéreo de Torres Quevedo, desarrollado hacia 1919 junto con el también genial Emilio Herrera Linares no llegó a ver la luz. Hubiera sido un digno competidor de los dirigibles transatlánticos alemanes, pues el proyecto del Hispania, tal y como fue llamado, era toda una proeza de su tiempo, una gran nave capaz de viajar desde Europa a América de forma segura.
Mucho había evolucionado la tecnología de Torres Quevedo desde su primera patente relacionada con dirigibles, presentada en Francia en 1902, pero su principal preocupación seguía siendo la misma: la estabilidad de las naves. Su ingenioso sistema de armadura interior fue toda una revolución, tanto es así que sus dirigibles parcialmente rígidos fueron imitados por doquier. Toda aquella inventiva encontró buena acogida por parte del gobierno español. En 1904 se había creado el Centro de Ensayos de Aeronáutica, dependiente de la Dirección General de Obras Públicas, a medida de lo solicitado por el propio Torres Quevedo. Ahí nacieron sus patentes sobre globos dotados de tirantes a modo de esqueletos que ofrecieran rigidez a los contenedores de gas. El primer ensayo de una nave de este tipo se llevó a cabo el 12 de septiembre de 1907 con gran éxito. Se trataba del Torres Quevedo Nº1, dirigible de tres lóbulos dotados con dos motores que realizó sus primeras pruebas sobre Guadalajara y que es considerado como el primer dirigible español. A este modelo se siguió un segundo aparato, el Torres Quevedo Nº2, que vino a servir como máquina de demostración de diversas innovaciones que sobre la marcha y con la práctica iban añadiendo Torres Quevedo y Kindelán. Sin embargo, la colaboración entre ambos terminó de mala manera en 1908, tras varios choques personales, rompiéndose la buena relación que habían mantenido hasta entonces
No sólo se centró Torres Quevedo en el diseño de dirigibles seguros y estables, sino que también alumbró nuevos sistemas de amarre y almacenaje de los aparatos. Todas las innovaciones fueron cedidas a la casa Astra bajo licencia, por lo que en Francia comenzó la producción de dirigibles rápidos, veloces y maniobrables que llamaron la atención en todo el mundo. Mientras tanto, la cabeza de Torres Quevedo continuaba dando forma a nuevas patentes, como la que presentaba el sorprendente buque porta-dirigibles que ideó en 1913.
A pesar del éxito de Torres Quevedo fuera de nuestras tierras, no prosperó una industria nacional de dirigibles. Sin embargo, sí se contó con un dirigible que llegó a alcanzar cierta fama en su tiempo, se trató del España. Fue un prototipo de dirigible que combinaba las ventajas de los globos flexibles con las de las naves rígidas. Al igual de el Zeppelin muchos años más tarde, el España llamó mucho la atención de las gentes que lo vieron volar sobre Madrid.



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